Los ciudadanos españoles ... deberíamos acostumbrarnos a hablar con propiedad: el socialismo, en España, no es socialdemocracia sino comunismo.
La investidura del autócrata Pedro Sánchez legitima el incremento de su autoritarismo y refuerza su fobia a la alternancia política. Facilitará el retorno de los golpistas amnistiados al poder y, en consecuencia, la consolidación de la hispanofobia en Cataluña y País Vasco.
El gobierno de España seguirá consolidando sus ataques a las Instituciones que todavía no controla, a los medios de comunicación independientes, al Partido Popular y a Vox, y al sistema constitucional en su conjunto. Es decir, se procederá a fagocitar los check and balances -contrapesos y equilibrios- que garantizan la supervivencia democrática.
Los partidos de la oposición no deberían limitar su acción política a la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos españoles en las instituciones; deberán estimular acciones cívicas de la ciudadanía para evitar la inacción y la apatía. Así mismo deberán alertar a la UE del riesgo que supone la implantación de un régimen autocrático de extrema izquierda en su frontera sur: la propagación en Europa del virus latinoamericano que con tanto éxito expande el Grupo de Puebla, gracias la eficaz labor del ex-presidente José Luis Rodríguez Zapatero y de su alumno aventajado Pedro Sánchez Castejón.
Y los ciudadanos españoles que no somos cómplices de esta deriva dictatorial deberíamos acostumbrarnos a hablar con propiedad: el socialismo, en España, no es socialdemocracia sino comunismo. Y no olvidar que sanchismo, populismo, comunismo y chavismo son sinónimos.
En España se ha extendido un virus mucho más peligroso que el COVID-19: el sanchismo, un comunismo disfrazado de socialismo del siglo XXI.
En marcha.
José Simón Gracia
Así es. Recuerdo que muchos de familiares y amigos comentaban, medio risueños, que el chavismo en España era imposible, pero ya lo tenemos aquí.
ResponderEliminarEs posible que, llamando a las cosas por su nombre vemos hoy personas que despiertan y se alarman al ver dónde estamos, que, no es ni más ni menos, que en el prólogo avanzado de una dictadura comunista.
Ya son muchas las asociaciones y organismos que han dado la voz de alarma por lo que se nos viene encima.
O, somos capaces de resolver nosotros mismos este asunto, o no hay solución.
Más vale tarde que nunca y, lo que es menester es que estas manifestaciones no paren hasta que sean un clamor que llegue a la UE nítidamente, aunque mucho me temo que esa UE, con el inefable Borrell en uno de sus puestos más decisivos, mirará de soslayo y, como no sepamos solucionar nosotros mismos este gran desafío, estamos listos.
Muchas gracias por tu aportación.
EliminarNo confío demasiado en la UE, pero habrá que presionarles para que se mojen o, en su defecto, para dejarlos en evidencia.
El voto a partidos democráticos en las próximas elecciones europeas puede ser decisivo.