De los supremacistas catalanes, Sánchez aprenderá distinguir entre buenos y malos españoles (adivinen), a señalarlos y a estigmatizarlos.
Sin necesidad de pacto alguno, nacionalistas, populistas y oportunistas diversos han aupado a Pedro Sánchez hasta la Moncloa . Y esa ausencia formal de compromiso no es precisamente tranquilizadora. Por el contrario, resulta más que preocupante. No lo necesitan. Saben perfectamente de su debilidad, que su escasa fuerza parlamentaria, unida a la falta de escrúpulos y a una ambición sin límites, le convierten en la marioneta perfecta para intentar, una vez más, desestabilizar y destruir la nación española.
La mochila de Pedro Sánchez está tan repleta de incoherencia, nacionalismo, populismo y supremacismo, que no le queda espacio para atender la demanda que exige el mas elemental sentido de la responsabilidad: convocar elecciones
A partir de ahora, España solo será un país (observen como aparece en el vocabulario del presidente Sánchez en proporción inversa a Cataluña) cuyos problemas sociales, políticos y económicos se resolverán mediante diálogo y buen rollito. Diálogo y buen rollito, fundamentalmente con las fuerzas separatistas, para adoptar el discurso inde a la nueva estrategia del partido de los 100 años de honradez (Filesas y ERES mediante). De los supremacistas catalanes, Sánchez aprenderá a distinguir entre buenos y malos españoles (adivinen) y a señalar y estigmatizar a los malos. A convertir la manipulación, la incoherencia, la ocupación de las Instituciones del Estado y de los medios de comunicación en democracia. Y quién sabe si, incluso, a proclamar unilateralmente una República que liquide, vía exprés, la Monarquía parlamentaria.
La mochila de Pedro Sánchez está tan repleta de incoherencia, nacionalismo, populismo y supremacismo, que no le queda espacio para atender la demanda que exige el mas elemental sentido de la responsabilidad: convocar elecciones generales para otoño. ¿Está dispuesto Pedro Sánchez a obedecer el mandato constitucional y dar la voz al pueblo español?
En mi modesta opinión, no. Mucho me temo que el mandato de Pedro Sánchez va a estar marcado por la confrontación entre españoles, por una pérdida de calidad democrática, por menos España y más Cataluña.
José Simón Gracia
* Artículo publicado el 3 de junio de 2018 en JSG LITTERAE