«El Tribunal Constitucional decide paralizar un pleno del Senado que no le gusta, dar una Champions más al Real Madrid, hacer Presidente del Congreso a Pepe Reina y calificar los sobre sueldos del PP como propina». Gabriel RufiánLas fiestas navideñas son propicias para potenciar valores positivos como la amistad, la generosidad, la solidaridad... Son fechas idóneas para que todos saquemos lo mejor de nosotros. Días en los que la mayoría nos acordamos de los más débiles, de los más desfavorecidos, de los discriminados, de los olvidados. Imbuído de esa atmósfera, recordé unos hechos que acontecieron en Montgomery, Alabama, en diciembre de 1955.
Era una fría noche de diciembre de 1955, cuando una joven costurera llamada Rosa Parks se subió a un autobús para regresar a su casa tras una dura jornada de trabajo. Cansada, se sentó en la primera fila de la “Sección de color”, junto a la ventana.
Por aquel entonces, estaban en vigor las leyes "Jim Crow", unas leyes estatales y locales en los Estados Unidos que propugnaban la segregación racial en todas las instalaciones públicas por mandato de iure bajo el lema «separados pero iguales» y se aplicaban a los afroestadounidenses y a otros grupos étnicos no blancos en los estados del Sur.
En base a dichas leyes, el conductor del autobús, James Blake, ordenó a Parks y a otros tres afroamericanos sentados adelante pasar a la parte trasera del autobús. Los tres pasajeros que acompañaban a la joven costurera obedecieron, ella no. Rosa Parks fue arrestada, pasó una noche en un calabozo y fue multada con 10$.
La negativa de Rosa Parks fue el inicio de una revolución que culminó el 23 de noviembre de 1956 cuando la Corte Suprema declaró inconstitucional la segregación en el servicio de transporte de autobuses de Montgomery.
Pedro Sánchez está comportándose como un líder autoritario al frente de una banda de autobuseros
La historia de Rosa Parks enseña que una democracia no consiste sólo en el gobierno de las mayorías. Para que una democracia sea auténtica se requiere, además de un sistema parlamentario que recoja la voluntad de la mayoría, una separación de poderes que evite que se conculquen derechos fundamentales de las minorías.
el 30 de enero de 1933 Adolf Hitler -líder del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores, que entonces gozaba de muy buena fama- fue nombrado democráticamente Canciller
Cuando, sesenta y siete años más tarde, el presidente del Gobierno instigaba y alentaba los ataques que se lanzaban contra el Tribunal Constitucional (desde el Gobierno, terminales mediáticas y formaciones que le apoyan en el Parlamento), estaba traicionando la memoria de Rosa Parks y la de miles y miles de víctimas del abuso de poder. Pedro Sánchez estaba (está) comportándose como un líder autoritario al frente de una banda de autobuseros que tiene ejemplares como éstos :
«Lo ocurrido anoche es de una gravedad extrema. Un poder judicial sin legitimidad democrática ha dado un golpe al poder legislativo». Pablo Echenique
«El ala derecha del Tribunal Constitucional impide una votación democrática en la sede de la soberanía popular. La derecha política, mediática y judicial consuma un golpe sin precedentes a la democracia. Toca demostrar que los y las demócratas somos más». Ione Belarra
«Consumado el atropello democrático. Unos magistrados que se saltan la ley amordazan a las Cortes elegidas por voto popular. Hay que defender la democracia». Iñigo Errejón
«Hoy es un día fatídico para los demócratas. El golpe del Tribunal Constitucional contra el pueblo avanza. La separación de poderes retrocede». Jaume Asens
«El Tribunal Constitucional decide paralizar un pleno del Senado que no le gusta, dar una Champions más al Real Madrid, hacer Presidente del Congreso a Pepe Reina y calificar los sobre sueldos del PP como propina». Gabriel Rufián
Para quienes todavía insisten en decir que todos los políticos son iguales, para quienes todavía no entienden por qué el Parlamento elegido democráticamente no puede situarse por encima del Tribunal Constitucional, recuerden este hecho histórico: el 30 de enero de 1933 Adolf Hitler -líder del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores, que entonces gozaba de muy buena fama- fue nombrado democráticamente Canciller. Entonces, en Alemania estaba vigente una Constitución democrática. Sin embargo, poco después, Hitler junto con otros líderes políticos, fue manipulando el sistema democrático hasta convertirlo en una dictadura. Lo que siguió ya lo saben: terror, horror y exterminio.
Seguramente nadie de ese 37% de votantes que apoyó al partido nazi llegó a imaginar la que les venía encima. A los que lo sospechaban, no les hicieron caso. Al tanto.
José Simón Gracia